Ómnibus de la empresa Molina, que iba a Ayacucho con 56 pasajeros, fue interceptado por ‘piratas del asfalto’ en Pisco (Ica). Todos estaban armados y les arrebataron celulares y billeteras.
Eran más de las 3 de la madrugada y Graciela todavía temblaba. Mostraba sus manos magulladas por la fuerza con que trató de evitar que le arrebaten su celular. “Estaban armados y dispuestos a todo, Pensé que nos iban a matar”, dijo la mujer, de 32 años, que empezó sus vacaciones de la peor manera.
Ella es una de los 56 pasajeros que fueron asaltados en un ómnibus de la empresa de transporte Molina, que ayer fue interceptado por una banda de ‘piratas del asfalto’ en la vía Los Libertadores, en la jurisdicción de Pisco (Ica).
“No sé ni cómo explicarte la sensación que tuve cuando se pararon los cinco tipos con las armas en la mano y nos dijeron que era un robo. Fue horrible”, agrega Graciela.
Fortunato, otro de los agraviados, cuenta que tres se quedaron en el piso de arriba y dos abajo. Lo primero que hicieron fue arrebatarles los celulares y billeteras a todos. “Nos dijeron que nos iban a llevar de rehenes, que no hiciéramos nada y que les diéramos todo lo que teníamos”.
Uno de los hombres se le acercó y le apuntó con un arma. “Creí que me iban a matar porque no tenía ningún celular para darles, que era lo que más pedían. Le dije que me dejara abrir mi mochila, que le iba a dar la plata. Le di 200 soles”, relató.
Ubican el bus en una trocha
“Nos comunicaron casi a la medianoche”, dijo el suboficial Nicolás Canales Casavilca, tripulante de la unidad CL-22091.
El policía dijo que salieron rumbo a la vía Los Libertadores y que a la altura del kilómetro 12 divisaron un desvío. Por una trocha carrozable, conocida como La Higuera, a unos 500 metros de la pista, se encontraba el bus B7I-967.
El chofer Vicente Quispe Urrutia (39) dijo que habían partido desde el terminal de Vitarte-Lima con 56 pasajeros, todos peruanos.
También explicó que en San Clemente (Pisco) recogió a personas toda vez que había asientos vacíos y continuó su recorrido.
Añadió que a la altura del kilómetro 12 fue interceptado por unos sujetos armados que habían atravesado un poste de concreto en la pista con el propósito que baje la velocidad.
“Se me acercó un hombre armado por la ventana y me obligó a abrir la puerta del copiloto y la puerta de acceso a los pasajeros. Subieron cinco sujetos con armas de fuego y me obligaron a desviar por una trocha donde hay sembríos de maíz, holladas y matorrales de totoras, y es imposible divisar por la oscuridad”, indicó.
Se llevaron a un pasajero
Los pasajeros fueron intimidados por un disparo que hicieron en el interior del vehículo. Luego de arrebatarles sus pertenencias de valor, los delincuentes bajaron del bus y se llevaron a un pasajero. Sin embargo, en el manifiesto todos estaban completos, lo que demostraría que subió en la ruta.
Testigos coincidieron en manifestar que los hampones se fueron a pie hacia el centro poblado Toscanilla, en el distrito de Independencia, Pisco.
“Lo raro es que no se encontró el poste de concreto que manifestó el chofer”, dijo el suboficial José Pachas Pachas.
Graciela, extenuada de los nervios, cuenta: “Fue horrible. Duró media hora. Todo el tiempo nos decían que nos portáramos bien si queríamos salir vivos. Todos fuimos amenazados”.
Guadalupe, una estudiante de Enfermería, dice que tuvo miedo de que la violaran. “Todas las mujeres sentimos lo mismo. Había muchas chicas”.
Las víctimas están paradas frente a la comisaría de Independencia. No dan más. Pero el viaje no termina y deben continuar hacia Ayacucho.