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Al menos 38 personas -entre ellos al menos 20 niños- han muerto después de que un expolicía abriera fuego en una guardería en Tailandia, según confirmaron fuentes de seguridad del país.
El ataque se produjo en la provincia de Nong Bua Lamphu, en el noreste del país. El agresor, que portaba una escopeta, una pistola y un cuchillo, mató luego a su familia y se suicidó.
El atacante, que la policía identificó como Panya Kamrab, de 34 años, entró en la guardería y disparó y apuñaló indiscriminadamente a niños y adultos antes de darse a la fuga. Por el momento, no se conocen los motivos del ataque.
Al parecer, el exagente había sido despedido el año pasado por consumo de estupefacientes, según la cadena de televisión tailandesa “Thai PBS”.
La policía asegura que el agresor huyó en una camioneta Toyota blanca, con matrícula tailandesa.
La víctima más joven tiene solo dos años. También hay 12 heridos.
En el momento del ataque, en la guardería se encontraban unos 30 niños. Kamrab llegó al recinto después de la hora del almuerzo y empezó a ponerse nervioso al no encontrar allí a su hijo, según la policía.
Primero abrió fuego “contra cuatro o cinco funcionarios de la guardería”, según explicó una testigo que trabajaba cerca, Jidapa Boonsom, a la agencia Reuters. Una de las víctimas es una trabajadora de la escuela que estaba embarazada de ocho meses.
“Al principio la gente pensaba que eran fuegos artificiales”, dijo Bonsoom. Al parecer, el agresor entró luego en una habitación en la que los niños estaban durmiendo.
Poco después, Kamrab se subió a su camioneta y arremetió con el vehículo contra un grupo de viandantes.
“Intentaba chocarse con otros en la carretera. Embistió contra una moto y dos personas fueron heridas. Yo tuve que acelerar para alejarme de él”, aseguró a AFP otro testigo, Paweena Purichan, que describió que el atacante, conocido según ella en la zona por su drogadicción, conducía de forma errática.
El primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-ocha, ha ordenado una investigación urgente sobre el suceso, que calificó de “estremecedor”.
Los tiroteos masivos son poco frecuentes en Tailandia. En 2020, un soldado mató a 21 personas e hirió a varias decenas más en la ciudad de Nakhon Ratchasima.