La organización acogió su 52º edición en Lima, en un marco en el que se trató las profundas discriminaciones que continúa sufriendo el continente americano por razones de estatus social, sexo, raza u orientación sexual. Además, durante los discursos inaugurales se trataron temas como la situación de Nicaragua.
La Organización de Estados Americanos acoge una nueva edición en la que se reúnen los cancilleres de la gran mayoría de estados de la región. En esta ocasión, el anfitrión es Perú, donde se tratarán una serie de temas preocupantes para el continente, como la desigualdad sistémica que sufren millones de personas y la delicada situación política que vive Nicaragua.
Durante la primera jornada se dio paso a los discursos inaugurales de la cumbre, que corrieron a cargo de Luis Almagro, el secretario general de la organización, y de Pedro Castillo, presidente de Perú y anfitrión de un evento donde han asistido los cancilleres de los principales países miembro, incluido el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
El tema principal anunciado durante la cumbre es la lucha contra la desigualdad en el continente, un aspecto lamentado por Almagro, ya que “América continúa siendo la región mas desigual del planeta”.
“Hoy los pueblos de las Américas sufren la desigualdad y la discriminación, a veces de la manera más abyecta, a veces de a peor manera, a veces porque socializamos de la peor manera, la discriminación y la desigualdad son formas de agredir a la dignidad de la persona”, afirmó Almagro durante el discurso inaugural.
Una situación que Almagro describe como “un lastre muy grande” que genera que se produzca “inseguridad, violencia y falta de acceso a derechos básicos”.
El líder de la organización también quiso destacar en su discurso la importancia de la democracia en el continente americano y advirtió que esta no debe ser “sacrificada en ningún altar”. Una expresión que toma relevancia en un momento especialmente preocupante para la organización por la situación política que se vive en Nicaragua.
Nicaragua, el principal tema político de la reunión
La relación entre esta organización y la nación centroamericana se ha tornado especialmente tensa desde la campaña de represión que lanzó el gobierno de Daniel Ortega contra los sectores opositores en 2018, una situación que incluso ha derivado en que Nicaragua abanase la OEA en noviembre de 2021. Hechos que más tarde fueron seguidos con el cierre de la oficina de esta organización en Managua y la salida de sus representantes del país.
La persecución de líderes políticos opuestos al oficialismo y aquellas personas que han alzado la voz contra el Gobierno de Ortega son las situaciones más alarmantes para la OEA. Actualmente se estima que hay unos 200 presos por motivos políticos, entre los que se cuentan siete excandidatos presidenciales, periodistas y figuras destacadas como el obispo Rolando Álvarez.
Además, este 6 de noviembre se tiene previsto realizar elecciones municipales en esta nación, aunque se prevé que no existirá ningún tipo de ventana a que las candidaturas opositoras puedan tener una posibilidad. Se espera que los miembros de la OEA logren hacer una declaración en la que se exprese la preocupación por el deterioro en materia de derechos humanos en este país.
Esta deriva del gobierno nicaragüense ha hecho que, en los últimos meses, su aislamiento se haya vuelto más pronunciado, algo que ha afectado a la ciudadanía. En la última semana, Nicaragua ha rechazado al nuevo embajador de Estados Unidos y ha expulsado a la embajadora de la Unión Europea.
Un cambio de objetivo con Venezuela
Otro de los aspectos importantes que se abordará es la posición que mantendrá la organización con respecto a Venezuela. En los últimos meses se ha observado un deshielo en las relaciones de varios miembros de la organización con el gobierno de Nicolás Maduro. Colombia, por ejemplo, ha reestablecido relaciones diplomáticas y ha reabierto su frontera y Estados Unidos ha llegado a realizar un intercambio de presos considerado “importante” por la comunidad internacional.
La OEA, por su parte, sigue considerando como el representante “legítimo” del país caribeño al designado por el líder opositor Juan Guaidó, aunque esta persona no asistirá al evento ante la amenaza de once miembros de la organización de expulsarlo.
Tanto Luis Almagro, como la Organización de Estados Americanos, han rebajado su posición dura contra Nicolás Maduro y parecen estar dispuestos a realizar un cambio de estrategia en las relaciones con este país, aunque lo cierto es que, por el momento, las negociaciones con los sectores opositores siguen congeladas.
Otro de los temas importantes a tratar será el problema migratorio, una de las crisis recurrentes que afectan al continente y que involucra a varios estados desde Suramérica hasta Estados Unidos. En este aspecto tendrá mucho que decir Antony Blinken, que desde hace unos días ha iniciado una gira latinoamericana.