* Estudio de ECPAT-BOLIVIA revela que son objeto de fotografías y videos para material pornográfico
La Paz, ABI
Los niños y adolescentes bolivianos son vulnerables a la explotación sexual comercial, sus principales agresores están en el entorno familiar y una mayoría no denuncia el hecho por estereotipos de masculinidad o porque no lo consideran como un delito.
Una investigación del Consorcio ECPAT-Bolivia, como parte de la Global Boys Initiative de ECPAT International, estableció esos extremos.
El estudio, que se extendió entre abril y junio de 2021, es el primero que se desarrolla en el ámbito masculino.
“El estudio que se ha presentado sobre explotación sexual en niños y adolescentes (…) tiene un enfoque cualitativo y refleja las experiencias que se han tenido en el caso de explotación sexual en niños varones en Bolivia”, señaló Anelisse Cruz, coordinadora de ECPAT-Bolivia.
En el estudio participaron 49 profesionales de instituciones que trabajan en primera línea con este sector de la población como la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Policía, Juzgado y organizaciones de la sociedad civil.
Se realizaron encuestas con proveedores de servicios de primera línea y anónimos, para un “análisis exhaustivo” sobre cómo el marco legal del país aborda el abuso y la explotación sexual de niños y adolescentes varones.
La mayoría de las víctimas identificadas no denunciaron el hecho y llegaron a las instituciones en otras circunstancias como problemas de conducta, consumos de bebidas u otras sustancias, problemas con la justicia, entre otros.
Se identificó que estos varones son objeto de fotografías y videos para material pornográfico pero las víctimas solo se refirieron a estos hechos como malas experiencias y no como delitos.
Según este informe, entre los factores que ponen a los niños y adolescente en riesgo de explotación sexual son las construcciones de género, estereotipos de masculinidad, desconocimiento de que esa agresión es un delito, además de la inexistencia de centros de acogida especiales para este grupo.
“(Entre las limitaciones) está el estereotipo de la masculinidad que un niño varón no es víctima, no puede mostrar sus emociones, y que la familia es el primer espacio donde sufre esta estigmatización. Se ha tenido un índice alto de agresores varones, es decir varones agreden a varones. El agresor es alguien de la familia, padre, padrastro, tío o primo”, reprochó Cruz.
Bolivia como modelo de estudio
El representante de la Iniciativa Global para la lucha contra la explotación sexual en niños varones Ecpat internacional, Francesco Cecon, explicó que este estudio permitió identificar que la mayoría de los niños no revelan situaciones de abuso por prejuicios de género y de masculinidad, lo que también hace difícil que puedan acceder a la justicia.
“Queríamos entender cómo funciona la explotación sexual en niños varones, es un tema del que no se habla y no se escucha. Bolivia fue el único país en América Latina en el que se hizo este estudio, que dice también la innovación que está llevando el país de Bolivia (…) es un trabajo muy novedoso que será un ejemplo para el resto de la región”, indicó Cecon.
Con este trabajo se plantea instalar servicios sensibles al género y desarrollar herramientas y estrategias de prevención, intervención y respuesta.
“Hay que empezar a hablar sensibilizar sobre lo que está ocurriendo (…) este estudio incluye recomendaciones sobre cambios en el marco legal, para mejorar el sistema de protección infantil, tipo de sensibilización con comunidades. A nivel mundial queremos utilizar estas recomendaciones para desarrollar guías, estándares, paquetes de formación que se puedan implementar para fortalecer las capacidades para trabajar en este tema”, señaló el experto internacional.
Entre las principales conclusiones del informe están:
-Existe un prejuicio social de que los niños sean percibidos como homosexuales y esto puede disuadirlos de denunciar los delitos o buscar servicios de apoyo.
“La culpa y la vergüenza pueden hacer que las víctimas se sientan responsables de los abusos a los que han sido sometidas, desanimándolas aún más a buscar ayuda”.
-Existe una falta de servicios de apoyo en Bolivia que puede generar un impacto negativo en el camino hacia la recuperación y la reintegración de los afectados.
Además, las investigaciones muestran que, especialmente en el caso de los niños y adolescentes varones, los niños explotados sexualmente no revelan sus abusos inmediatamente.
El Consorcio ECPAT Bolivia está formado por Pastoral de Movilidad Humana (PHM) y la Fundación Munasim Kullakita, dos de las principales organizaciones no gubernamentales de Bolivia que trabajan contra la explotación sexual infantil y adolescente.