La tableta debe contener al menos un 75% de cacao y una mínima presencia de azúcares añadidos para asegurar unos beneficios mayores
Es bien conocido que los hábitos alimenticios inciden directamente en la salud de todo el cuerpo, y la piel no es una excepción.
El cacao aporta al organismo minerales (potasio, hierro, magnesio y cobre) que poseen un valor nutritivo y terapéutico muy importante por su potencial antioxidante y antiinflamatorio, según detalla la Clínica Euguren en su página web.
Aumenta, asimismo, el cacao la fotoprotección interna de la piel y es un gran aliado para mantenerla sana. La presencia de polifemoles, teobromina y xantina hace que el chocolate negro tenga un efecto vasodilatador y diurético, entre otros.
Al ser los componentes del chocolate negro antioxidantes, protegen la piel del estrés oxidativo que deteriora la estrutura de la propia dermis y que deriva en el envejecimiento de su aspecto.
Importante estudios, como el del Journal of Nutrition que recoge la Clínica en su artículo, han certificado que un consumo regular de chocolate negro y, con ello, de los flavonoides que posee, mejora la apariencia de las arrugas y la elasticidad de la propia cutis.
Como acostumbran a recomendar los expertos, el chocolate que se debe consumir debe de tener una pureza mínima de 75% de cacao y una mínima presencia de azúcares añadidos. Tomar varios días de la semana un par de onzas de este chocolate puede ayudar a mantener hidratada la piel, así como mantener una idónea textura.
Prueba de todo ello es la conocida chocolaterapia en la que justamente se usa el cacao como materia principal de un tratamiento con fines estéticos. En el masaje se mezcla este alimento con aceites esenciales para que sea más fácil su aplicación y acaba teniendo un acto tonificante e hidratante en la piel de todo el cuerpo.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA