Se trata de una adaptación detectada por primera vez en Francia, pero podría convertirse en una respuesta global. Y con consecuencias.
Ya es obvio que el planeta está atravesando un apocalipsis de insectos, y nuestros amigos, de exiguo tamaño y, a menudo repelente apariencia, experimentan una disminución masiva de la población global de aproximadamente un 2% anual debido a una lamentable combinación de cambio climático, pesticidas, pérdida de hábitat y otros males provocados por el ser humano. Y esto trae consecuencias en el mundo de la flora: algunas plantas han comenzado a prescindir de la polinización de los insectos. Y las hacen ellas solas.
Un equipo de científicos franceses, liderados por Pierre Olivier Chiptou, ha descubierto que la mejor estrategia ante la posible desaparición de insectos es recurrir a la autopolinización. El equipo de Chiptou describe sus hallazgos en un estudio publicado en New Phytologist: las flores silvestres en una pradera agrícola en la región de París se han adaptado cada vez más a la autofertilización.
Los autores se centraron en los pensamientos de campo (Viola arvensis) actuales y los compararon con pensamientos de campo cultivados a partir de semillas cosechadas entre 1992 y 2001. Para comparar las dos poblaciones, realizaron análisis genéticos, midieron los rasgos físicos de las plantas y las expusieron a los abejorros para ver qué flores preferían estos insectos.
A partir de su análisis, los investigadores descubrieron que los pensamientos de campo actuales han aumentado la autopolinización en un 27%. También son más pequeños, producen menos néctar y son menos atractivos para los abejorros en comparación con los pensamientos cultivados a partir de las semillas de otros años.
Estos hallazgos pueden parecer fantásticos a primera vista: las plantas pueden adaptarse rápidamente a la presencia de menos insectos. Pero en un comunicado, los autores señalan que no es tan bueno y lo clasifican como un “círculo vicioso” porque este rasgo hacia la autofecundación “podría a su vez exacerbar la disminución de estos insectos“.
Ya es obvio que el planeta está atravesando un apocalipsis de insectos, y nuestros amigos, de exiguo tamaño y, a menudo repelente apariencia, experimentan una disminución masiva de la población global de aproximadamente un 2% anual debido a una lamentable combinación de cambio climático, pesticidas, pérdida de hábitat y otros males provocados por el ser humano. Y esto trae consecuencias en el mundo de la flora: algunas plantas han comenzado a prescindir de la polinización de los insectos. Y las hacen ellas solas.
Un equipo de científicos franceses, liderados por Pierre Olivier Chiptou, ha descubierto que la mejor estrategia ante la posible desaparición de insectos es recurrir a la autopolinización. El equipo de Chiptou describe sus hallazgos en un estudio publicado en New Phytologist: las flores silvestres en una pradera agrícola en la región de París se han adaptado cada vez más a la autofertilización.
Los autores se centraron en los pensamientos de campo (Viola arvensis) actuales y los compararon con pensamientos de campo cultivados a partir de semillas cosechadas entre 1992 y 2001. Para comparar las dos poblaciones, realizaron análisis genéticos, midieron los rasgos físicos de las plantas y las expusieron a los abejorros para ver qué flores preferían estos insectos.
A partir de su análisis, los investigadores descubrieron que los pensamientos de campo actuales han aumentado la autopolinización en un 27%. También son más pequeños, producen menos néctar y son menos atractivos para los abejorros en comparación con los pensamientos cultivados a partir de las semillas de otros años.
Estos hallazgos pueden parecer fantásticos a primera vista: las plantas pueden adaptarse rápidamente a la presencia de menos insectos. Pero en un comunicado, los autores señalan que no es tan bueno y lo clasifican como un “círculo vicioso” porque este rasgo hacia la autofecundación “podría a su vez exacerbar la disminución de estos insectos“.
Las consecuencias de esta adaptación descubierta recientemente, es negativa por muchos motivos. Los insectos son una importante fuente de alimento para muchos animales más grandes, como ranas, pájaros y otra fauna. También son parte integral del proceso de descomposición, como las moscas o los escarabajos peloteros procesan los desechos.
Además, importantes cultivos frutales dependen de los insectos para su polinización y sería una tarea científica enorme modificar genéticamente algunos vegetales para mantener nuestros insumos de alimentos. Y también, lo que es más importante, los insectos son criaturas maravillosas y ocupan un lugar destacado en la cultura y la tradición humana. Nuestro mundo sería un lugar más pobre sin ellos, y por eso es fundamental salvaguardar y promover el reino de los insectos.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA