Se trata de la tercera misión de la nave robótica reutilizable desarrollada por China
El misterioso avión espacial chino Shenlong parece haber desplegado seis objetos en órbita en el curso de su última misión, la tercera conocida. Shenlong, que significa Dragón Divino, despegó desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuqan el pasado 14 de diciembre y liberó estos seis objetos cuatro días después. Según informa Space.com, múltiples observadores aficionados de satélites han seguido los objetos puestos en órbita por Shenlong durante varios días y registrado emisiones provenientes de ellos.
Los objetos han sido designados como A, B, C, D, E y F y las señales emitidas por algunos de ellos son similares a las generadas por otro que Shenlong puso en órbita en noviembre de 2022.
“La emisión cercana del Objeto A recuerda a emisiones anteriores de ‘compañeros de vuelo’ [los objetos desplegados] de la nave espacial china en el sentido de que la señal está modulada con una cantidad limitada de datos”, ha explicado al medio el observador de satélites y astrónomo aficionado Scott Tilley.
El 26 de agosto de 2022, un cohete Long March 2F puso en órbita al avión espacial Shenlong en una misión que tuvo una duración de 276 días y durante la que desplegó otro objeto desconocido. Según informó TheSpaceReview, el Shenlong habría realizado maniobras de recuperación y liberación dos veces al mes con este objeto denominado Objeto J que también habría estado equipado con un sistema de propulsión y maniobra independiente.
El propósito de las misiones de Shenlong, que China define como una nave espacial de uso comercial, se desconocen pero se ha especulado con que puedan formar parte de su programa ASAT (anti satélites). Previamente, en otra misión realizada en septiembre de 2020, la nave espacial también liberó otro objeto no identificado en órbita.
Los objetos D y E desplegados en su última misión emiten señales de marcador de posición sin otros datos acompañantes, indica Space.com. “Cabe destacar que, a diferencia de las emisiones al principio de las misiones de la nave espacial china 1 y 2, estas son intermitentes y no permanecen encendidas mucho tiempo”, asegura Tilley.
El astrónomo y otros rastreadores de satélites han necesitado “días de observaciones rastreando pase tras pase con antenas parabólicas para recopilar estos datos” y aseguran que las emisiones provienen de los objetos o de muy cerca de ellos. Esta conclusión se basa en su seguimiento a lo largo de las trayectorias esperadas, descartando la presencia de otros objetos conocidos en el rango de las antenas de los rastreadores cuando se recopiló la información y en el hecho de que la modulación única de estas señales solo se ha observado en misiones anteriores de la nave espacial china, utilizando una frecuencia de 2280 MHz.
“En resumen, esta iteración de la misión de la nave espacial china se lanzó a una órbita similar a las dos anteriores, pero operativamente está mostrando un comportamiento de radio diferente al de antes. Las observaciones adicionales de las emisiones de Objeto D y E son nuevas, pero también podrían haberse pasado por alto en misiones anteriores si también eran intermitentes. Algo que debemos observar son los encuentros cercanos entre Objeto A y objetos D y E. D y E están en órbitas bastante elípticas, mientras que A está en una órbita casi circular. En los próximos días, habrá aproximaciones cercanas entre estos objetos en el perigeo”, explica Tilley.
Estados Unidos también cuenta con avión espacial robótico reutilizable, el X-37B construido por Boeing, que tiene previsto su próximo lanzamiento con el Falcon Heavy de SpaceX el 28 de diciembre tras varios retrasos. Al igual que con su contrapartida china, se conoce poco sobre sus operaciones y capacidades. Sobre la proximidad en el tiempo de ambos lanzamientos, el general Chance Saltzman, Jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de EE. UU, afirmó a comienzos de este mes que “estos son dos de los objetos más vigilados mientras están en órbita. Es probable que estén tratando intencionalmente de igualarnos en términos de tiempo y secuencia”.
Fuente: LA RAZÓN