“En las profundidades del Sena” es el film que acaba de sumarse al catálogo de la plataforma y promete sobresaltos y ¡mucha sangre!
En las profundidades del Sena es el nuevo thriller de Netflix, dirigido por Xavier Gens, conocido por su trabajo en Lupin. Protagonizada por Bérénice Bejo (El artista), la película presenta una intrigante premisa: ¿y si hubiera un tiburón en el Sena? La cinta parece responder a una inquietud casi cotidiana para los parisinos. Este film no se limita a jugar con la sorpresa sino que busca añadir profundidad al género, que muchos consideran estancado.
La película comienza con una escena que establece su enfoque ambiental. Un grupo de investigadores, liderado por Sophia (interpretada por Bejo), se enfrenta a una expedición peligrosa durante su trabajo en la Gran Mancha de Basura del Pacífico, una masa vasta de desechos en el océano. La contaminación obliga al tiburón, llamado Lilith, a abandonar su hábitat de agua salada y buscar refugio en el icónico río de Francia. “La llegada de Lilith se vuelve especialmente urgente debido a un próximo triatlón cuya parte de natación está programada para realizarse en el río”, lo que hace que el peligro no solo sea inminente, sino también colectivo.
Una de las características más destacables de la película es su evocadora cinematografía, cortesía del director de fotografía, Nicolas Massart. La escena del anillo flotante en una mano cercenada es solo la primera de muchas imágenes impactantes. Otras imágenes memorables incluyen a Sophia emergiendo ensangrentada después de un encuentro cercano con el tiburón y una escena en las Catacumbas de París que promete ser inolvidable. La capital francesa, conocida por sus monumentos, cultura y gastronomía, se transformará en un espacio de competición, destacando la resistencia y habilidad de los triatletas participantes.
La trama de En las profundidades del Sena también aborda temas importantes como la contaminación y sus consecuencias en el medio ambiente. “De la misma manera que Godzilla fue llevado a sus caminos de destrucción de ciudades por pruebas nucleares que emiten radiación, Lilith busca refugio en el Sena después de que la contaminación la expulsa de su hogar de agua salada”, resalta el sitio Variety. Este paralelismo pone en evidencia la intersección entre el cine de terror y la conciencia ambiental.
La recepción de esta historia apunta a un éxito moderado pero significativo en un género que pocas veces ha sido innovador desde el estreno de Tiburón en 1975. La película maneja bien su premisa y logra mantener la tensión a lo largo de sus casi dos horas de duración. Los espectadores encontrarán una combinación de suspenso y crítica social, ambientada en un escenario tan familiar como lo es la capital de Francia.
Finalmente, la película aboga por una narrativa equilibrada entre la monstruosidad del tiburón y la humanidad de sus protagonistas. En el camino, se invita al espectador a reflexionar sobre los impactos de la contaminación y la necesidad de acción colectiva para enfrentar desafíos globales.
Fuente: INFOBAE