* La mujer requiere tornillos y placas especiales que eviten quedar inválida
Potosí, Kollasuyo Digital
Ella es madre y padre para su hija Alondra; pero ahora corre el riesgo de quedar inválida y en lugar de ser un aporte valioso para su pequeña; podría convertirse en una carga para una niña de 11 años.
Y es que la desgracia ocurre en unos segundos, como le pasó a Patricia Janeth Franco, la mujer que cayó de las escaleras de la casa donde vivía, fracturándose la columna vertebral, el jueves pasado.
Hoy, al ingresar a la sala de cirugía se ve a Alondra más tranquila; pero agradecida con las personas nobles que le ayudaron con sus aportes; aunque falta más de la mitad para asegurar la operación que le devuelva la movilidad de las piernas a Janeth, una mujer que hasta la semana pasada se ganaba el sustento diario lavando ropa o limpiando casas.
Ahora no se puede mover y está con sueros y medicamentos para sobrellevar el dolor en su espalda.
Durante la conversación con la periodista Jannett Cortez, revela que hace cuatro años está en Potosí, ciudad a la que llegó buscando trabajo y por ese motivo no tiene familiares en esta urbe; aunque si una amiga – Filomena Miranda – que ahora cuida de Alondra, esa valiente e inquieta niña que comenzó una campaña en Radio Kollasuyo con la esperanza e ilusión de volver a ver a su mamá caminando…
SEIS TORNILLOS Y DOS PLACAS
Juvenal Huanca es el nombre del médico neurocirujano del Hospital Daniel Bracamonte que está a cargo de Patricia.
Él informa que su paciente sufre de una fractura en la columna lumbar y que lo ideal sería una operación y la colocación de seis u ocho tornillos para descomprimir sus vértebras, ya que incluso un pedazo de la zona afectada está en el canal medular, lo que a la larga le quitará musculatura y la sensibilidad total en sus extremidades inferiores, entre otros problemas.
Hay que colocar seis tornillos y dos placas, según su diagnóstico para que Patricia vuelva a caminar, reitera.
Pero el costo es elevado, de acuerdo a la cotización realizada por Filomena, se necesitan unos 24 mil bolivianos – en total – para los tornillos y placas.
PRIMERO LA PERSONA
Entonces sólo queda pedir un milagro; aunque la fe es grande y personas de buen corazón llegan hasta la sala del hospital para apoyar a Alondra y su mamá; en tanto que a varios kilómetros de ese lugar, una mujer que es autoridad política cumple su promesa de ayudar a esa mamá que está internada sobre la cama de un hospital.
Mónica Torres, también entrega el aporte familiar y solicita a sus colegas y autoridades a colaborar con Patricia.
No sólo se trata de una vida, se trata de dos, porque Patricia y Alondra sólo se tienen a ellas para seguir luchando.
Mientras la fe y esperanza se mantienen porque existe gente de “gran corazón” que puede ayudar a salvar la vida de sus semejantes. La solidaridad y el amor al prójimo se demuestran con hechos y la satisfacción interior es incomparable. Amén…
Willy Alcocer Salas