El domingo 8 de noviembre, Luis Arce Catacora juró como el 67° Presidente de Bolivia, en un momento de crisis histórica, afectada por la pandemia del coronavirus, la crisis económica y la confrontación política agravada por los hechos de 2019. La incertidumbre golpeaba a la enorme mayoría de los 11 millones de connacionales y, tras su posesión, Arce anunció un gobierno para todos. Dos años han pasado desde entonces y hoy el Primer Mandatario está bajo una fuerte presión política y regional por la cuestión de la fecha del Censo de Bolivia y por el Evismo, la corriente de Evo Morales y sus seguidores que en el Movimiento Al Socialismo se siente desplazada y busca recuperar protagonismo.
En lo venidero, “a Arce le toca hacer unos juegos de cintura muy grandes porque por un lado está su propia estabilidad como presidente frente a la radicalizada oposición y, por otro lado, debe generar equilibrios en la disputa por espacios de poder, porque los otros grupos del MAS quieren recuperar espacios de poder. Este es un desafío muy grande el que le toca a Luis Arce”, apunta la analista política Susana Bejarano.
“Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y para todos. Sin discriminación, de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará en todo momento reconstruir nuestra patria”. Son algunas de las palabras que formaron parte de su discurso tras el juramento a la Presidencia. Dos años después, esta frase toma un mayor sentido en el contexto político en el que Arce hace frente a sectores que anuncian una mayor radicalización de sus protestas, como lo hizo conocer este lunes el Comité Interinstitucional, y los grupos del MAS que lo acusan de dividir el instrumento político o le reclaman mayor eficiencia en su gestión de gobierno. Aquel 8 de noviembre, Arce habló del inicio de “una nueva etapa en nuestra historia”.
Impulsado por su exitosa batalla contra la pandemia del coronavirus, Arce emprendió su objetivo de lograr la recuperación de la economía boliviana, que fue golpeada por la pandemia y por la gestión de la expresidenta Jeanine Añez. Sin embargo, sus acciones contra el Covid-19 y la crisis económica estuvieron marcadas también por la tensión política.
Dos años aceptables
En ese contexto, el analista Pedro Portugal evalúa de aceptable los dos años de gestión del Presidente Arce, más si se considera el contexto histórico de su asunción. “Su gestión es aceptable. Bolivia no ha sufrido consecuencias desastrosas de la epidemia Covid y, hasta ahora, ha sorteado toda crisis política mayor”, apunta el investigador, recordando los conflictos del pasado entre ellos, por ejemplo, la disputa por el proyecto de ley contra las ganancias ilícitas.
Entrevistada por Urgente.bo, Susana Bejarano destaca la notable gestión de Arce contra el coronavirus, porque lo enfrentó con la compra de vacunas sin mayores miramientos ideológicos al punto de reducir al mínimo la mortalidad de esta enfermedad en la quinta ola. También destaca las medidas contra la crisis de la economía, superando a otros países, al punto que, pese a la situación internacional, “los bolivianos tienen confianza en la solidez de la economía nacional”.
El politólogo Marcelo Arequipa destaca que en los dos años de gobierno, Luis Arce apostó por la gestión pública y por la búsqueda de resultados, frente a la pandemia, la crisis económica, la cuestión social y otras. “Ha sostenido un perfil político mucho más tenue de lo que el gobierno anterior del MAS nos tenia acostumbrados”, precisa.
Las batallas políticas
Ahora bien, según Bejarano, Arce lleva adelante su gobierno marcado por la presión política desde el mismo 8 de noviembre, considerando los antecedentes de la crisis del 2019, la actual oposición cada vez más radicalizada y la presión de los grupos descontentos del MAS, que no tienen espacio en la administración del poder.
En ese contexto, señala que Arce debe dar mayor prioridad a la cuestión política, porque vienen problemas más complejos, si se considera que en la disputa por la fecha del Censo, desde Santa Cruz los grupos radicalizaron al máximo su presión.
“Hoy, yo creo que existen dos grandes bloques: una polarización política que no ha disminuido, hoy lo vemos en Santa Cruz. Yo creo que más que la fecha del censo es parte de la tensión política que hay desde la misma posesión del gobierno de Arce. Luego las peleas del masismo”, añade Bejarano.
Y al igual que Bejarano, Arequipa sostiene que “los capítulos de tensión”, entre el gobierno de Arce y el partido oficialista continuarán y con el tiempo se agudizarán, como ha ocurrido estos días con la designación del Presidente de la Cámara de Diputados, que recayó en Jerges Mercado, de la corriente renovadora del MAS.
“En el caso del problema al interior de la Asamblea también, significa de alguna forma que la gobernabilidad política interna del Presidente Arce puede verse afectada porque las decisiones de leyes pasan por ese espacio”, alerta Arequipa.
Antes de coincidir con Bejarano y Arequipa, Pedro Portugal señala que “los conflictos internos al MAS evidencian nuestra debilidad estatal y las quimeras sobre las cuales se estructuró esa organización: No hubo descolonización, entendida esta como una consolidación estatal que responda a las condiciones y características locales”. En suma, el proyecto del Estado Plurinacional fue fundado sobre los mismos problemas y prejuicios que han golpeado a la República desde 1825.
Ahora, ¿qué es lo que ocurrirá en el futuro?, Portugal no tiene dudas: “El desafío más importante que enfrentara Arce es el ataque político, no de la oposición, sino de la facción interna al MAS que encabeza Evo Morales”. De hecho, en las últimas horas, desde su cuenta en twitter, el exmandatario le pidió a quien fuera su ministro de Economía que resuelva el conflicto del Censo y puso en duda que la oposición en Santa Cruz tenga planes de desestabilización, como sostiene el actual gobierno.
Y, ¿la oposición?
En ese contexto, Bejarano señala que la disputa por el Censo de Población anticipa que las posteriores batallas políticas serán más duras. “No olvides que vienen las elecciones de los magistrados, seguramente habrá empantanamiento en el Legislativo, luego la designación de los Supremos”, apunta y añade que en adelante viene una batería de temas que harán que Arce se concentre en la cuestión política porque “habrá interesas políticos mayores, más grande que el Censo”.
En la misma línea, el polítólogo Arequipa apunta a que la cuestión política pesará más a medida que Bolivia se acerque a procesos electorales. “Es claro que en adelante y más aún conforme nos acerquemos primero a la elección judicial, y luego a la celebración de primaria electorales; la opinión pública se politice tomando un curso político partidario”.
En ese contexto, el presidente Arce dará este martes su mensaje a la nación, en medio del conflicto del Censo irresuelto, pero con mayores desafíos políticos por delante.
Fuente: URGENTE.BO
