En un futuro próximo, las olas de calor serán más frecuentes, más intensas, más largas y más mortíferas. Las agencias piden a los gobiernos del mundo que se preparen para encarar de forma temprana estos fenómenos, que continuarán en aumento mientras el cambio climático siga fuera de control.
El primer documento colectivo de esas instituciones, denominado ‘Calor extremo: preparación para las olas de calor del futuro’, expone que este tipo de fenómenos climáticos causaron más de 70.000 muertes entre 2010 y 2019, periodo en el que se produjeron 38 olas de calor. Asimismo, detalla que en el futuro podrían perderse muchas más vidas si no se toman las medidas adecuadas.
2022 has seen record temperatures across the world.
Drastic actions are needed now to prevent a future of frequent and deadly heat disasters.
Our new report with @UNOCHA. 👇
— IFRC (@ifrc) October 10, 2022
Martin Griffiths, director de la OCHA, destacó que “las olas de calor representan algunos de los desastres más mortíferos registrados” al tiempo que explicó que “sequías devastadoras, como la que ha llevado a Somalia al borde de la hambruna, se vuelven mucho más letales cuando se combinan con calor extremo. Podemos esperar más de esto en el futuro. De hecho, las cosas van a empeorar mucho a medida que el cambio climático continúe fuera de control”.
Las organizaciones explican que hay grupos humanitarios que ya están probando el funcionamiento de viviendas de emergencia, de los llamados techos “verdes”, de centros de refrigeración y cambios en los calendarios escolares para mitigar el fuerte impacto de las olas de calor que, de acuerdo con una importante parte de la comunidad científica, serán más frecuentes.
Gobiernos deben implementar sistemas de alerta temprana ante las olas de calor
El informe destaca que los gobiernos tienen la obligación de prepararse para poder alertar de forma temprana sobre las olas de calor que se vayan a presentar. De igual forma, son responsables de brindar una mayor capacitación y financiamiento a los equipos de socorro locales que, en la mayoría de los casos, son los primeros en atender las consecuencias de estos fenómenos.
De igual forma, las agencias defienden la importancia de lograr una mayor coordinación en el trabajo de los grupos humanitarios, los expertos en clima y las organizaciones sociales.
El principal impacto de estos fenómenos lo viven los países en desarrollo. El texto cita el ejemplo de Bangladesh donde, durante las olas de calor, las muertes aumentaron hasta un 20 % frente a un día normal.
Asimismo, la Cruz Roja y la ONU destacan que las olas de calor pueden forzar a las personas a huir de sus naciones de origen hacia países más fríos, lo que contribuiría a aumentar los flujos migratorios.
“Es tremendamente injusto que los países frágiles deban soportar pérdidas y daños mortales por el calor extremo cuando son inequívocamente, clara y evidentemente los menos responsables del cambio climático”, aseguró Griffiths.
Fuente: France 24