¿Vas a congelarte, explotar o hervir como sugieren las películas?. Esto es lo que realmente sucedería.
Consecuencias de exponer el cuerpo al espacio
Los seres humanos podemos respirar en la Tierra debido a que nuestro planeta posee atmósfera, una capa que mantiene atrapada a las moléculas de oxígeno y otros gases.
Aunque no lo notemos, el aire a nuestro alrededor tiene un peso debido a la gravedad. A esta fuerza se le conoce como presión atmosférica y varía dependiendo de la altitud: es mayor al nivel del mar y disminuye con la altura.
Como el espacio no tiene atmósfera, tampoco tiene presión atmosférica. Por eso, si un astronauta deja de vestir su traje espacial en ese hostil escenario, el agua que compone nuestro cuerpo (órganos y tejidos) comenzaría a hervir y formar burbujas de gas que rápidamente provocarían una falla circulatoria.
“Dado que el 60% del cuerpo humano está compuesto de agua, este es un problema grave”, señala Kris Lehnhardt, científica de elementos del Programa de Investigación Humana de la NASA ante LiveScience. “En esencia, todos los tejidos de su cuerpo que contienen agua comenzarán a expandirse”, añade.
Según Lehnhardt, la formación de burbujas en los fluidos corporales ocurriría más rápido en el agua presente en los tejidos que en la sangre, ya que el sistema circulatorio posee su propia presión interna.
¿Sería posible sobrevivir?
“Ningún ser humano puede sobrevivir a esto; la muerte es probable en menos de dos minutos”, sostiene Lehnhardt. Experimentos de descompresión realizados en animales por la NASA, han descubierto que el límite para poder sobrevivir en este escenario varía entre 90 segundos (en perros) y 3 minutos (chimpancés).
Leblanc perdió el conocimiento en solo 12 o 15 segundos y recuerda que, antes de desvanecerse, sentía que su lengua pasó de estar húmeda a hervir. El técnico recuperó la conciencia al segundo 27, cuando volvieron a presurizar su traje y, aunque sobrevivió del incidente, tuvo pérdida de sensación del gusto durante 4 días.
La única vez en la que exploradores espaciales murieron por un cambio brusco de presión atmosférica fue en 1971, durante el regreso a la Tierra de la nave soviética Soyuz 11, que llevaba a los cosmonautas Vladislav Volkov, Georgy Dobrovolsky y Viktor Patsayev, quienes no utilizaban un traje espacial presurizado ni escafandras y una puerta de la cápsula se abrió a 170 km de la superficie terrestre.